En la Asociación DACE y su Fundación INDACE sabemos todo lo que pueden dar de sí nuestros usuarios y usuarias. Hay algunos que son artistas, otros que son grandes músicos y, en el caso de Manuel Méndez, es un gran periodista. La siguiente entrevista la hizo él a uno de nuestros usuarios del Programa Ocupacional, Aurelio González.

Pregunta: ¿Qué le sucedió Aurelio?

Respuesta: Yo era encargado de obra. Estaba haciendo 66 viviendas en la carretera de Salteras. Estaba hormigonando las losas de hormigón. Y al ir a hacer una comprobación se me enganchó la pierna derecha en un alambre, y el curepo me giró. Me hice la pierna polvo. Me operaron la pierna. Tengo 14 tornillos y una placa de titanio. Y estuve dos años en rehabilitación. Tenía una vida muy limitada: esta dolencia me provocó apnea del sueño. Seguidamente, un día fui a la playa en familia y de regreso paramos en una venta, porque tenía mucha sed. Me encontraba mal y al llegar a casa decidimos ir al hospital. Me hicieron las pruebas y me habían dado microinfartos. Me operaron, me metieron un stend, y ahí cambió mi vida. Dejé de trabajar, mi vida cambió por completo. Entre la pierna y el corazón estaba más limitado. Estuve buscando alguna asociación que pudiera ayudarme. Estuve en una un tiempo, pero no me gustó. Como me veían periódicamente en el Policlínico, me hablaron de la Asociación DACE y su Fundación Indace. Aquí estoy, y hago los talleres ocupacionales, escultura, que me gusta mucho; la pintura, que es uno de mis hobbies. Y en el huerto de la fundación también participo. Aparte yo tengo un huerto propio y lo trabajo ecológicamente. Afortunadamente, tengo tres tutoras que son excepcionales. Seguiría contando muchísimo, pero no quiero hacerme pesado…

P: Para nada. Desde tu experiencia, el daño cerebral, ¿mejor de mayor?

R: Por supUesto. Porque yo veo a mis compañeros, que están llenos de vida, que son como mis hIjos, y me da un poco de pena, porque les queda mucho por delante, porque en DCA no está reconocido como la importancia que tiene. Pese a la gran labor que hace la Asociación DACE.

P: Hoy por hoy, ¿está satisfecho con su vida?

R: Sí, pero me gustaría seguir avanzando. Porque la sociedad no entiendo bien lo que es el DCA.

P: ¿Qué le gustaría mejorar?

R: Me gustaría tener más amigos entre personas de mi edad. Soy una persona que empatiza bastante bien y me siento orgulloso de eso.

P: ¿Y por qué ocurre eso?

R: Porque la gente no comprende el DCA. Porque ésta es una enfermedad poco reconocida, porque la cara, dicen, que es el espejo del alma, pero la gente esto no lo ve.

P: Como lesionado cerebral, ¿qué les dice a la gente?

R: Les diría que pensasen un poco lo que es un daño en el cerebro. Que tenemos ‘bombillas fundidas’ y hay que seguir iluminando nuestra vida con lo que nos ha quedado.