Quedarse en casa es la única solución a la que tuvimos que acudir para poder frenar esta pandemia en el mes de marzo de 2020. Pero esta solución ha provocado diversos efectos en las personas con Daño Cerebral Adquirido, también a nivel motor-funcinal.

Efectos del confinamiento a nivel motor-funcional en personas con Daño Cerebral Adquirido

Las personas con DCA, menores y adultos presentan secuelas importantes a nivel motor-funcional y cognitivo. Por ello, necesitan ser tratadas de forma interdisciplinar por nuestro equipo de profesionales. Ya que sus tratamientos precisan de constancia y persistencia para poder obtener resultados eficaces. Esto quiere decir que, hasta que no haber terminado por cumplir todos los objetivos que nos marcamos, la rehabilitación no debe ser interrumpida.

El confinamiento supuso un parón en su rehabilitación, porque, aunque se hizo teleterapia, ésta nunca puede suplir a un profesional que trate en directo a una persona con DCA.

Tras los meses de confinamiento domiciliario, volvimos a nuestro centro de atención, empezando casi desde cero. Muchas personas presentaban atrofia muscular y, por ende, pérdida de fuerza. Sus limitaciones físicas, cognitivas y conductuales habían aumentado. Además, la movilidad diaria en ellas y ellos es un elemento indispensable para la obtención de movimientos funcionales y el desarrollo de las actividades de la vida diaria. Gracias al gran esfuerzo de nuestro equipo multidisciplinar y de las personas y familias con DCA, conseguimos revertir esta situación debido al tratamiento directo en nuestro centro, único método para conseguir realmente los objetivos.

El COVID19 ha supuesto una gran barrera arquitectónica para todos nosotros. Sin embargo, además de contra sus propias limitaciones físicas y funcionales, las personas con Daño Cerebral Adquirido también tienen que luchar contra el virus. Un motivo más para que, desde la Asociación DACE y su Fundación INDACE estemos al pie del cañón.

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