Desde la Asociación DACE y su Fundación INDACE se quiere poner en valor el recurso más importante con el que cuentan, su equipo humano. Profesionales con una clara vocación a su labor en lo referido al Daño Cerebral Adquirido (DCA). Es por ello por lo que cada mes publicamos una entrevista a cada trabajador del centro. ¿El objetivo? Que podáis conocer de primera mano la calidad humana de este proyecto.
Ciara Rueda de la Torre, neuropsicóloga
¿Cuál es tu labor en la entidad?
Soy neuropsicóloga en la Unidad de Rehabilitación Integral y Unidad de Estancia Diurna. Además, soy la coordinadora asistencial de dichos servicios, también atiendo a los familiares desde el programa de atención psicosocial, tanto de forma individual como grupal en la escuela de familias DCA. El objetivo principal siempre es mejorar la calidad de vida tanto de las personas afectadas como de sus familiares. Desde la neuropsicología hacemos un abordaje integral de los afectados y sus familias. Nos centramos en el trabajo de las funciones cognitivas, conductuales y emocionales. Mi trabajo con las personas afectadas comienza en la entrevista psicosocial. Se realizada junto a la trabajadora social, pretendemos conocer, por un lado, cuáles fueron las características del DCA y como han cambiado a la persona y familia afectada, y por otro cómo era esa persona y su entorno antes de ocurrir el DCA. Con esta información hacemos una orientación hacia el programa o servicio más adecuado a sus necesidades. En el servicio de rehabilitación mi labor está centrada en la atención en dos etapas, la etapa subaguda, en la que se pretende que la persona afectada mejore lo máximo posible las funciones afectadas, y la etapa crónica, en la que se realizan actividades de mantenimiento para no perder las capacidades recuperadas. En el servicio de unidad de día realizo la valoración y programación individual de los usuarios de talleres y actividades del área de neuropsicología.
¿Qué te animó a dedicarte a esta labor?
Cuando realizaba mis estudios de psicología, las asignaturas que más me llamaban la atención eran las relacionadas con la psicobiología y la neuropsicología, la relación del cerebro y el comportamiento humano. Por otra parte, también me interesaba la intervención familiar. Pero cuando terminé la carrera me tenía que decantar por una especialización y ganó la neuropsicología. Lo que no me imaginaba es que en mi labor profesional también iba a poder desarrollar actividades de apoyo a familiares. Es lo que me ha aportado trabajar aquí, así que no puedo estar más realizada. Trabajo en las dos áreas que más me gustaban de la psicología.
¿Cómo es el día a día en una entidad de Daño Cerebral Adquirido?
Pues no hay días iguales, como decimos cada persona con daño cerebral es única, así que cada día es diferente, y tenemos que responder a necesidades diversas, dependiendo de cuáles hayan sido las consecuencias del DCA, hay personas que necesitan más apoyo físico, otras cognitivo, sensorial, etc. Pero todas tienen una necesidad común que los ayudemos a mejorar su calidad de vida y que los apoyemos emocionalmente.
¿Qué es lo mejor de tu trabajo?
Es una buena pregunta. A veces me han comentado que tengo un trabajo duro, yo siempre respondo que las personas a las que atendemos y sus familias tienen un cambio de vida radical sin avisar, que esto es un hecho dramático, pero lo que me llena es poder contribuir con mis conocimientos y mi trabajo a conseguir que las secuelas del daño cerebral se minimicen y que haya una adaptación adecuada a su nueva situación, que se vuelva a disfrutar de la vida, que se puede, porque ¡UNA VIDA SALVADA MERECE SER VIVIDA!
Deja tu comentario