La situación actual de confinamientos parciales provocados por el COVID19 ha sido realmente difícil para los menores con Daño Cerebral Adquirido. Por ello hoy os contamos cómo hemos trabajamos la capacidad de autocontrol en nuestro Programa Infantil y Juvenil.

Trabajamos la capacidad de autocontrol en el Programa Infantil y Juvenil

La falta de rutina y los cambios constantes a los que los niños y niñas con DCA se ven abocados lleva consigo problemas derivados. Hablamos de rabietas, irritabilidad, cambios de humor o peleas. Así mismo, el exceso de información preocupante al que estamos expuestos nos provoca un elevado nivel de ansiedad. Esto, unido a la falta de comprensión de los hechos y a las dificultadas de reconocimiento y gestión emocional hace que en muchas ocasiones vean excedidas sus capacidades, dando lugar a comportamientos disruptivos.

Para controlar todo este tipo de emociones negativas, desde el Programa Infantil y Juvenil proponemos un par de técnicas sencillas que pueden ser de utilidad en los momentos de tensión e inquietud.

EL MOVIMIENTO

La actividad consiste en proponer a los niños y niñas que salten durante un minuto para después sentarse con los ojos cerrados y las manos en el pecho para sentir su respiración y su corazón. Y les preguntaremos qué han notado.

Esto es una buena actividad para tomar conciencia de nuestras sensaciones corporales, siempre presentes ante cualquier enfado o rabieta. Así como practicar para conocerlas, que nos ayudará a detectar más precozmente los enfados y a gestionar mejor las emociones.

LA RESPIRACIÓN DE LA ABEJA

Este ejercicio consiste en taparnos las orejas con el dedo, cerrar los ojos e imitar es sonido de las abejas: «Mmmm…»

Este ejercicio nos ayudará a calmar, concentrando la atención en la respiración. Los menores lo pueden realizar con otros familiares y amigos y, así, trabajarlo juntos. Además, nos puede servir en múltiples ocasiones, tanto para calmar la ansiedad como para en cualquier momento donde domine la impaciencia.

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Por último, Cristina Monje, neuropsicóloga del Programa Infantil y Juvenil recuerda: «Las emociones surgen y debemos aceptarlas, no reprimirlas. Les ayudará el poner nombre a esa emoción y saber que entendemos que se sientan así.»